En la novena edición del Think Tank BNY Mellon, celebrada el pasado mes de noviembre y repartido junto con la revista Funds People de febrero, responsables de cuatro de las grandes bancas privadas españolas analizaron en el papel que quedará el banquero una vez se posicionen con MiFID II.
Laura Comas de Alarcón, directora de Desarrollo de Negocio de Banca Privada y Banca Premier de CaixaBank, señala que en entidades que opten por un modelo dependiente, los banqueros podrán seguir dando el mismo servicio porque tendrán todas las capacidades. “No creo que el salto a otro modelo cambie ese escenario”.
Desde el punto de vista de José Ramón Aranda, director de Banca Privada de Banca March, el reto que tienen desde los servicios centrales es compartir con los banqueros que tienen todas las herramientas que le van a permitir tener una relación de mayor valor añadido con sus clientes. Al final, indica, “el banquero es como un cliente interno. Le tienes que convencer. Le ha costado mucho ganarse a sus clientes y él los protege. Tienes que demostrar y no imponer”.
Según Adela Martín, directora de Santander Private Banking España, para un banquero, como para el cliente, es muy importante la solvencia, reputación e integridad de la marca. “Si el modelo es consistente, ocurrirá lo que pasa de manera natural, la típica rotación del sector”, opina.
En cuanto a si hay una mayor apuesta por la gestión discrecional frente al asesoramiento, y como esto puede repercutir en el banquero, Jorge Gordo, director de BBVA Banca Privada España, considera que “el modelo de asesoramiento es el más exigente para el banquero, pero hay clientes que no quieren gestión discrecional”. De esta manera, destaca, “estamos invirtiendo mucho en tecnología para que sea más fácil para el banquero mantener un contrato de asesoramiento”.
Martín también destaca que están trabajando tanto en herramientas que hagan mas fácil la vida del cliente como en herramientas para el banquero para su uso laboral y para compartir con el cliente.