La inversión ASG está vertebrando un cambio radical en las gestoras. ¿Pero cómo están asumiendo los clientes esta transformación? ¿Qué es lo que demandan en este ámbito? Sobre estos temas reflexionan responsables de selección de fondos y especialistas de producto enfocados a clientes de banca privada en el marco del XXVIII Think Tank BNY Mellon.
Algo todavía complementario
Para Vicente López, gestor y selector de fondos en Bankinter Gestión, la sostenibilidad para los clientes es algo todavía complementario, no algo que de forma absoluta afecte a sus inversiones. Eso llevará aún algún tiempo. “Por un lado, hace falta mucho trabajo por nuestra parte y, por otro, mucho trabajo por parte de los inversores, de los de banca privada y los de cualquier otro tipo, para entender perfectamente cómo adaptar a sus carteras ese nuevo componente, esa nueva oportunidad que supone”.
“Todo el mundo tiene mucho interés intelectual en todo lo referente a la ASG. Incluso en categorías como los alternativos estamos viendo esta incorporación, percibimos que es una nueva manera de enfrentarte al mercado, de buscar esa generación de alfa consistente”, afirma Gisela Medina, responsable de Selección de Fondos y ETF de BBVA Quality Funds. Asegura que la conversación con el cliente sobre estos temas cada vez es más sofisticada y profunda: “En la búsqueda de diversificación, de nuevas fuentes de descorrelación y valor para las carteras este diálogo encaja muy bien. Pero hay que hacer los deberes; es necesario ser muy rigurosos y explicar bien lo que se hace en este ámbito y lo que aporta”.
José María Martínez-Sanjuan, responsable global de Selección de Fondos en Santander Wealth Management, pone en valor el servicio de asesoramiento: “Hay muchas maneras de invertir en ASG, y no son todas iguales. Se pueden seguir diferentes estrategias, que pueden ser más o menos complejas, y que no necesariamente casan con lo que el cliente quiere”. Recuerda que uno de los cambios legislativos que se van a producir es la modificación de MiFID II, que va a obligar a las entidades a preguntar a los clientes cuáles son sus expectativas cuando hace inversiones desde el punto de vista sostenible.
El papel del asesoramiento es clave
“Tenemos que ser capaces de trasladar ese producto en algo más tangible para el cliente. Si está muy preocupado por el cambio climático pondrás más foco en la A de la ASG; si quiere que su inversión tenga un impacto más social habrá que buscar otro tipo de producto que haga hincapié en la S”. Y, además, según explica, habrá que analizar el conjunto de la cartera para ver si es suficientemente sostenible, “porque hay distintos grados de sostenibilidad. Por eso las casas de rating ASG existen, para decirte si un producto es ASG pero otro lo es más, o este está muy volcado en la A, pero poco en la S”.
“Que la sostenibilidad sea algo más general o más particular va a depender del cliente”, añade Pablo García, responsable de Arquitectura Abierta y Selección de ETF de CaixaBank AM. “El cliente va a tener que contestar sobre sus expectativas de sostenibilidad en su test de idoneidad, y su respuesta te va a encauzar y te va a indicar si tiende a preferir fondos tradicionales o si bien tiene inclinación clara por la inversión en este tipo de vehículos y de estrategias más ligadas a una inversión socialmente responsable”. Conforme se vaya viendo cómo los clientes contestan este test de idoneidad se podrá concluir si la inversión ASG ha calado de forma generalizada o si bien es algo más exclusivo de algunos clientes: “Todavía es pronto para decirlo”.