José María Martínez-Sanjuan (Santander WM): “Hay que ser más activos en renta fija que nunca”

Tras más de una década de políticas monetarias ultralaxas, de inyectar dinero a la economía con el objetivo de superar los baches del camino, el resultado son unos tipos de interés anormalmente bajos. En este contexto, ¿hay que prescindir de la renta fija en las carteras”. José María Martínez-Sanjuan, responsable global de Selección de Fondos en Santander Wealth Management, cree que no. Pero también reconoce, en el marco del XVIII Think Tank BNY Mellon, que “los tiempos en los que los bonos del estado, que serían la renta fija más conservadora, nos aportaban una rentabilidad decente o una menor volatilidad y, lo que es más importante, una descorrelación, han pasado”.

En este entorno “hay que ser más activo que nunca en renta fija” y buscar diversificación con otra clase de activos. Y en este punto introduce tres ideas. Considera interesante invertir en productos estructurados, en MBS: “Los Mortage-Backed Securities (MBS) ofrecen una rentabilidad atractiva, cercana al high yield, pero con un perfil de riesgo menor, una calidad crediticia mayor y con capacidad de diversificación”.

Otra alternativa que pone sobre la mesa es la posibilidad de optar por bonos de otras curvas, como la asiática, y en particular por bonos de China, el segundo mayor emisor a nivel mundial por detrás de EE.UU. Destaca, además, que estos activos están empezando a formar parte de algunos índices globales, como el de J.P. Morgan o Bloomberg, “lo que es un hito importante a tener en consideración”.

Y en tercer lugar, para aquellos inversores que no tengan temor a mantener cierta exposición a renta variable pero sin tener que adquirirla, están los bonos convertibles, especialmente los que tengan una delta baja porque, según comenta, tendrán un comportamiento más cercano a un bono que a la renta variable.  

La ASG, un tema trasversal

Al margen de activos concretos, José María Martínez-Sanjuan considera especialmente interesantes los fondos temáticos. “Es una de las grandes apuestas que hemos hecho en la casa, y no solo en la nuestra, si no en el mercado en general”. Y entre todos los temas destaca uno, la ASG, que es  transversal, “no se limita a un asset class o a una geografía, si no que toca todos los segmentos en los que se puede invertir, incluso al mundo de los alternativos está llegando la ASG”.

Y aporta datos, según el estudio de Morningstar, el cuarto trimestre de 2020 fue el más prolífico de la historia con 147 lanzamientos de fondos sostenibles, a los que hay que sumar otros 505 creados en el resto de trimestres. Una cifra más: el año pasado 246 fondos se han reposicionado, es decir, han cambiado el nombre y la política de inversión para reflejar una política más sostenible.

Los motores de este auge son varios, la pandemia, “que nos ha recordado lo frágiles que somos” y, sobre todo, la regulación: “Por primera vez, a nivel legislativo, hemos visto una acción coordinada con todos los reguladores creando leyes específicas, tratando de evitar el greenwashing, lo que ha creado una situación única. Europa había asumido el liderazgo, pero ahora incluso EE.UU. o China quieren tener relevancia en este ámbito”. A su juicio, en lugar de analizar el binomio rentabilidad-riesgo, a partir de ahora habrá que fijarse a la hora de elegir e invertir en el trinomio rentabilidad-riesgo-factores ASG

Cambio estructural en el mundo de los alternativos

El responsable global de Selección de Fondos en Santander WM considera que el impulso de la inversión ASG es estructural, pero no es la única transformación de calado. También aprecia un cambio de gran magnitud en el ámbito de los activos alternativos, especialmente en el acaso de los ilíquidos. “Hay un cambio estructural porque hay una intención de acercar las inversiones alternativas al cliente minorista. De alguna manera se quiere que dejen de ser dominio exclusivo de los grandes inversores. En esa dirección, en la de democratizar los alternativos, van los cambios regulatorios que se están produciendo”.

Pone varios ejemplos. En agosto del año pasado, la SEC (Securities and Exchange Commission) estadounidense actualizó la definición de accredited investor, de forma que a partir de ese momento pudieran invertir en alternativos. Y en la Unión Europea entró en 2016 una legislación por la que se creaban los ELTIF (European Long-Term Investment Fund), vehículos que invierten en activos alternativos destinados al inversor minorista. Espoleados por la regulación o por la necesidad considera a estos productos muy atractivos: “Aportan diversificación, un alfa adicional, e incluso un income que ya no es fácil de encontrar”.

Explica que en este ámbito de los activos ilíquidos, la due diligence es clave, y apunta que igual que se habla de greenwashing en el ámbito de la inversión sostenible se podría crear el término liquid washing, en referencia a la posibilidad de que algo que no es líquido se venda como tal. Destaca, además, que en el mundo de los activos alternativos la dispersión de performance es enorme, mucho mayor que en el universo de los activos tradicionales, por lo considera que la selección del manager, el análisis de sus recursos y conocimientos, es clave.

No hay que perder de vista a las empresas mineras

Dentro del ámbito de los alternativos, destaca el tema de las materias primas, y más en concreto, la inversión en compañías mineras. Explica que, por el lado de la demanda se benefician del elevado gasto previsto en infraestructuras, tanto en China como en Estados Unidos. Y, por otro, considera la transición hacia una economía más verde poco intensiva en el uso de carbón (acuerdos como el Green Deal) una gran oportunidad para estas empresas: “Son compañías que están bien posicionadas para beneficiarse de este boom que viene”.

Pone el ejemplo de los coches eléctricos, que usan 3,5 veces más cobre que uno de combustión normal; por lo tanto, se estima que la demanda de cobre va a incrementarse en 2,5 veces de aquí a 2035. En el caso del litio, que se utiliza para las baterías eléctricas, se espera un aumento incluso mayor. Si a esto se le suma el hecho de que “están cotizando baratas en términos históricos, y que la deuda que tienen es más baja que nunca, a poco que las materias primas empiecen a despertar este sector puede ser muy interesante“.

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