José Couret (Lombard Odier): “Se empieza a dejar de dar servicio a pequeños y medianos clientes”

José Couret, director general de Lombard Odier, reflexiona sobre asuntos clave para el negocio de la banca privada como la presión regulatoria, los motores del crecimiento de los ingresos o el origen de los nuevos clientes. Lo hace en el marco de la XXIX edición del Think Tank BNY Mellon, una iniciativa producida por FundsPeople en asociación con BNY Mellon Investment Management.

Pese a la pandemia, y a la crisis e incertidumbre que trajo consigo el COVID, 2020 no fue un mal año para la banca privada en España, ni para sus clientes. José Couret, director general de Lombard Odier, explica que las carteras sufrieron mucho en marzo, pero, afortunadamente, “aquellos clientes que no entraron en pánico y no vendieron pudieron terminar el ejercicio en cifras positivas. De media, las rentabilidades estuvieron a final del ejercicio entre el 1% y el 3%”. Y en lo que respecta a los ingresos de las entidades, el año se salvó gracias a las comisiones por trading.

La transformación en mandatos

Ahora la pregunta es, ¿qué va a pasar en 2021?, un ejercicio en el que esos ingresos vía corretajes ya no van a ser tan abultados. Pues, de momento, lo que se aprecia es que las entidades están aguantando bastante bien el envite. “Gracias a que hemos conseguido transformar las carteras en mandatos estamos consiguiendo mantener razonablemente bien la cuenta de resultados”, afirma José Couret.

No obstante, reconoce que en un principio estaba preocupado. “Entre la parálisis que hubo a finales de 2020 y la del primer trimestre de 2021 no tenía claro si íbamos a poder cumplir con los objetivos de crecimiento”. “Pero se ha producido un muy fuerte repunte de la actividad en el segundo trimestre del año”. En términos de crecimiento pronostica que la industria crecerá entre el 6% y el 8% en 2021.

Nuevos clientes de banca privada: ¿de dónde proceden?

Este avance se logrará, además, con la aportación de nuevos clientes, que ya los hay. Hay dos factores básicos que están facilitando su aparición. En primer lugar, el hecho de que los bancos españoles están empezando a cobrar la liquidez, mientras que la banca privada internacional lleva haciéndolo un año, “con lo cual hay muchos clientes que están empezando a analizar alternativas”. El segundo factor es la incógnita sobre el futuro de las sicav. Vaticina que “muchas de las sicav actuales desaparecerán, con lo que se desbloqueará mucho patrimonio que semicautivo de esas instituciones”.

El director general de Lombard Odier reflexiona también sobre las preocupaciones actuales de unos clientes muy marcados todavía por los malos momentos vividos en 2020. “Lo que quieren es una entidad que en esos difíciles tiempos se haya interesado por ellos, les haya apoyado y explicado qué estaba pasando”. Y muchos bancos, más affluent, centrados en otro tipo de perfil, no han tenido capacidad para hacerlo. “El modelo nuestro, muy centrado en los altos patrimonios permite contar con un equipo de banqueros, de investment management, para ayudar en esos momentos a los clientes”.

Añade que la pandemia ha reforzado “nuestros modelos porque, además del servicio que le hemos dado a los clientes, contábamos con unas plataformas tecnológicas que muchos otros bancos no tenían. El cliente se ha sentido más arropado en esos momentos difíciles sufridos el año pasado”.

Miles de altos patrimonios sin servicio

José Couret reflexiona también sobre la presión regulatoria y sus efectos adversos. “En primer lugar supone un elevado incremento del coste operacional que, al final, de alguna manera hay que repercutir”. Explica que para tener plataformas eficientes eso está provocando que “estemos dejando de dar servicio a muchos clientes pequeños y medianos. Nosotros, por ejemplo, por debajo de tres millones de patrimonio no hacemos asesoramiento por el elevado nivel de carga que conlleva”.

Insiste en que “está empezando a pasar en España lo que ha ocurrido en Reino Unido, donde se han quedado sin servicio miles, millones de patrimonios, que son significativos, de medio millón a un millón de euros. No obstante, confía en que las cosas cambien próximamente con la revisión de MiFID II. Espera que como resultado de esa reforma se apruebe una regulación más laxa de lo que lo es actualmente.

Además, apunta que la situación actual tiene otra derivada que le preocupa: “Estamos viendo a grandes instituciones que están saliendo de los mercados porque consideran que no merece la pena mantener una estructura tan compleja para dar servicio a los ultra high net worth clients (que son los que interesan a la banca privada) que están bookeados fuera de España”.

Respecto al futuro de la industria, considera que “tenemos un reto estupendo por delante. Entidades como la nuestra ofrecemos algo absolutamente diferencial a los clientes. Y eso nos debería permitir hacer las cosas muy bien de cara a los años venideros”.

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