Las condiciones de mercado en renta fija son muy difíciles, ya lo eran antes del COVID-19, y ahora lo son más. Esto no quiere decir que haya que prescindir de este tipo de activo, pero la situación obliga a ampliar el abanico de productos e instrumentos que se incorporan a las carteras, como los activos alternativos, lo que, a su vez, nos lleva a que “hay que tener mucha conciencia del tipo de riesgo que se está asumiendo y explicárselo adecuadamente al cliente porque el principio de responsabilidad fiduciaria prima ante todo lo demás”, según comenta Gisela Medina, responsable de Selección de BBVA Quality Funds, en el marco de la XXIV edición del Think Tank BNY Mellon.
Insiste en que hay que distinguir muy bien entra alternativos ilíquidos y líquidos, y tener bien identificadas las primas que queremos tener en el portfolio: “Si queremos prima de iliquidez se lo contamos al cliente, identificamos lo que eso significa, y dependiendo del tipo de cliente ponderamos la medida adecuada para que el principio de preservación de capital se consiga, pero conociendo todos los tipos de riesgos que estamos metiendo en las carteras”.
Respecto a la oferta de activos alternativos ilíquidos, los considera interesantes con un afán siempre diversificador, pero vuelve a insistir en que hay que saber dónde uno se mete y al cliente que tiene delante, sea institucional, de banca privada… “porque tampoco puede ser que se incorporen activos ilíquidos como sustitutos de los monetarios. Hay que saber dónde estamos, qué es lo que metemos, tenemos que tener en cuenta la diversificación dentro incluso de los activos alternativos porque no es lo mismo private equity, real estate o infraestructuras. Dependiendo de como sea el perfil del cliente hay que ver como las diferentes piezas encajan bien dentro de una cartera diversificada”.
La elección tampoco es fácil entre el universo de activos líquidos. “Una de las características fundamentales de los alternativos es la heterogeneidad, la enorme dispersión de los retornos, de forma que cosas muy parecidas en etiqueta son muy diferentes en cuanto a resultados”, explica Gisela Medina, que de nuevo pone el énfasis en la necesidad de analizar bien qué es lo que se quiere y dónde uno se mete. “Alternativos sí, pero de manera diversificada y concienzuda”.