El prolongado contexto de bajos tipos de interés ha hecho salir a los inversores de sus refugios tradicionales para buscar fuentes de rentabilidad extra. Y las han encontrado en los activos alternativos. Responsables de los principales bancos privados internacionales con presencia en España reflexionan sobre esta tendencia y las estrategias puestas en marcha para satisfacer las necesidades de sus clientes en este ámbito. Un debate que tuvo lugar en el marco de la XXIX edición del Think Tank BNY Mellon, la iniciativa producida por FundsPeople en asociación con BNY Mellon Investment Management.
La importancia de las economías de escala
“En las inversiones alternativas es muy importante no caer en los errores que se cometieron entre 2005 y 2007. Estos activos no son aptos para todos, ya que no son fáciles de entender y pueden ser ilíquidos”, cuenta Luis Sánchez de Lamadrid, director general de Pictet Wealth Management. Lo importante es el concepto: “Es vital que los clientes entiendan bien en lo que están invirtiendo; pueden aportar mucho valor a carteras que ya tienen un volumen importante”.
No son activos para todos los clientes, ni tampoco todas las entidades están en disposición de ofrecerlos. En el caso de su firma, cuenta que la primera inversión en capital privado fue en 1989 y desde 1990 mantienen posiciones en hedge funds. En este tipo de inversiones suman más de 30.000 millones de euros, “siendo muy importantes las economías de escala para ofrecer buena rentabilidad y servicio mediante diferentes mandatos”.
¿Demasiado riesgo para los clientes?
La experiencia es un grado, y en este ámbito incluso dos. José Couret, director general de Lombard Odier, advierte que se está observando una tendencia entre los players españoles a ofrecer a sus clientes private equity. ¿El motivo? El cliente no encuentra aliciente en el cash ni en la renta fija, pero tampoco quiere asumir demasiado riesgo en renta variable, y ante este panorama la alternativa que encuentran es el capital privado.
Pero hay que tener cuidado: “Se está haciendo tomar riesgos un poco alegremente a los clientes. No hay que perder de vista que son inversiones no líquidas y muy concentradas. Hay que hacer muy bien el private equity, explicar muy bien lo que es, y tener en cuenta que no es una inversión para todos los clientes”.
Una opción más líquida y transparente
Pablo Torralba, consejero delegado de Edmond de Rothschild, recuerda que se puede acceder a los activos alternativos a través de formatos UCITS, “los cuales limitan riesgos como los de iliquidez o de falta de transparencia”.
Explica que en su entidad el peso de los alternativos en las carteras es de entre el 5%-10%, pero siempre bajo la fórmula UCITS. “Los defendemos y los aplicamos, pero con mucha prudencia y bajo formatos legibles, sencillos, de liquidez…”. Considera importante no cometer los mismos errores que llevaron a la crisis de 2008: “No podemos tropezar con esa piedra de nuevo”.
Otras tendencias en el mercado
Gestionar adecuadamente la inversión en alternativos en un contexto en el que la oferta y la demanda están creciendo es un reto para las entidades. Pero no son los únicos. La integración de la sostenibilidad o la creciente regulación son otros desafíos a los que se enfrenta la industria. Para hacer frente a ellos, Sergio de Miguel, director general de Julius Baer, explica que el grupo está diseñando la estrategia para Europa, “para asegurarnos de que vamos en la dirección correcta”.
Hace referencia también a otra tendencia a la que hay que dar respuesta, la de la inversión en criptoactivos. Aunque la entidad no ofrece actualmente a sus clientes asesoramiento en materia de activos digitales, desde principios de 2020 mantiene un acuerdo con SEBA Bank AG, con sede en Suiza y con licencia de la FINMA. A través de la plataforma de SEBA, “Julius Baer ofrece a sus clientes en Suiza algunos servicios específicos de activos digitales, haciendo uso de las capacidades de dicha entidad y de su innovadora y vanguardista plataforma”. Explica que Julius Baer ha ampliado su gama de servicios y, a partir de ahora, incluye ofertas de activos digitales, como soluciones de almacenamiento y transacciones seguras, pero también carteras tanto de activos convencionales como digitales. “El banco puede ofrecer acceso a un grupo selecto de criptodivisas, elegidas por su comerciabilidad, seguridad y fiabilidad técnica”.